miércoles, 1 de octubre de 2014

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sábado, 14 de noviembre de 2009

Guia 1

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sábado, 3 de octubre de 2009

Cambios de actitud para encontrar pareja...


No importan mucho las razones originales por las cuales llegamos a la soltería:
decisión consciente o no. Pudo haber funcionado durante un periodo de duelo o para recuperarnos de una ruptura, pero después de cierto tiempo comenzamos a quejarnos y a sentirnos terriblemente solos. Cuando pasa un periodo considerable de tiempo y la soledad nos pesa soñamos con enamorarnos, sentir maripositas en el estómago y alitas en los pies porque ya es hora de buscar una pareja. Si nuestra relación anterior tenía detalles que no nos satisfacían ahora tenemos la ilusión de encontrar a quien “esta vez” no nos falle: alguien que sí nos valore y nos respete, que no sea un hombre machista o una mujer celosa obsesiva… soñamos con la pareja perfecta.
Ahora bien, cuando fracasamos o parece que las personas decentemente elegibles, por regla general, están comprometidas, no es que el mundo esté podrido y en contra nuestra dándonos lo peorcito e "igual que la vez anterior". La complicación, en realidad, la generamos nosotros mismos porque tanto las mujeres como los hombres escogemos nuestras parejas de acuerdo a las características de nuestras experiencias, a nuestra historia personal.

Requisitos básicos para el romance


Para poder enamorarnos y vivir el amor, es necesario conocerse a uno mismo y a las cosas importantes que rodean nuestra existencia. Esa conocida frase popular de "no podrás amar a nadie si no te amas a ti mismo" no está tan errada. Son necesarios ciertos cambios muy básicos. Necesitamos aprender a ser objetivos: ver a la gente como es en realidad y no como quisiéramos que fuera. Trataremos de evitar forjarnos una imagen basada en lo que deseamos y, peor aún, en lo que tememos. Es simple: un hombre que es inseguro porque no se le dio el afecto adecuado o que se sintió abandonado alguna vez puede hacer un drama de cualquier pretexto: si un día su mujer sale o no lo llama entonces siente que ya no es amado. Sus razones le parecerán absolutamente válidas en ese momento. Una mujer que recibió el amor de una imagen autoritaria pero poco expresiva (sólo disciplina y nada de abrazos) tendrá dificultades con su pareja porque siempre buscará la manera de que le demuestre lo enamorado que está de ella: de la manera que sea, incluso a gritos.

Buscamos siempre la demostración de afecto pero ahora que somos adultos necesitamos encontrar los canales adecuados para dar y recibir amor. La tendencia a juzgar, a ver a la gente y a las cosas como queremos que sean y no como son, a crearnos historias, es muy común. Los padres ven el comportamiento de los hijos en función de la obediencia y en dar una buena imagen, olvidan por completo que su responsabilidad es interesarse por lo que el hijo siente y desea para sí mismo. Una mujer considera a su marido como tonto o ineficiente porque no corresponde a la historia que inventó en su mente, de aquel príncipe perfecto que no tenía afición por los deportes ni calcetines sucios. También nos encontramos a un marido que ve a su esposa como símbolo de la dominación porque la relación con su progenitora le hace ver cualquier exigencia de parte de su cónyuge como limitante a su libertad, como si fuera un yugo.

¿Cómo pensamos?

El motivo viene de la dificultad de pensar objetivamente y de la actitud emocional que tenemos. Debemos salir de los sueños infantiles y egocéntricos para ser objetivos, razonables y, por ende, desarrollar la empatía. El desarrollo de la 'fe en la otra persona' es elemental. Tenerle confianza y creer en la esencia de nuestra pareja porque podrá modificar sus opiniones con el paso del tiempo; pero, sus conceptos básicos de respeto y de dignidad, por ejemplo, siempre serán parte de ella.

Para amar y ser amados requerimos de arrojo, valentía y coraje. Amar es arriesgarnos a correr un riesgo aceptando que puede doler y que puede desilusionarnos. Es dar el paso y apostarlo todo. Porque mientras reconozcamos concientemente que tememos no ser amados nuestro temor en realidad será, inconscientemente, el de amar.

Si queremos ser capaces de amar es necesario plantearnos que es la necesidad fundamental de los seres humanos y no un cuento de hadas o un privilegio para ciertos elegidos. Que no veamos esa necesidad muy claramente no significa que no exista.

La pareja: dar y recibir

Evidentemente, hemos llegado al amor de pareja. Amar a otro ser humano es un acto de voluntad porque amar a alguien no solamente implica un sentimiento sino también una decisión, una promesa. Si el amor fuera únicamente un sentimiento no podríamos casarnos y prometer amar eternamente porque un sentimiento tiene inicio y fin. Es necesario decidir que realmente deseamos mantenerlo. El amor de pareja es una atracción completamente individual, solamente entre dos personas específicas, y también el amor de pareja es un acto de voluntad, un compromiso.

Necesitamos estar bien conscientes de ello antes de enfrascarnos en la búsqueda de pareja. Porque es necesario estar listos para el compromiso, aunque sea sólo un noviazgo. Pensar en que una relación de pareja nos curará de la soledad es un acto mayúsculo de egoísmo. Tener una relación de pareja implica compartir y gozar de afinidad con ella. Es disfrutar y amar profundamente; confiar y creer plenamente en nuestra pareja para amar sin dudas y tener la mejor disposición para llegar al éxito en la empresa.

Por lo mismo, es necesario saber que podemos errar, sufrir de nuevo una decepción amorosa y una ruptura. Es el riesgo que se tiene que correr a cambio de la posibilidad de amar. Definitivamente creo que vale la pena porque "el que no arriesga, no gana".

Nuestras actitudes


Consideremos que nuestras actitudes son el paso previo para desarrollar una conducta. Las actitudes sólo son buenas o malas, son creadas por lo que pensamos, sentimos y por la manera en que nos comportamos en algún momento. La forma en la que actuamos y los fracasos en nuestras relaciones son causados por el mapa mental creado por las actitudes que hemos guardado en nuestra cabeza. Teniendo una mala actitud ante el amor, lo más probable es que la tengamos en otros aspectos de nuestra vida. Para realizar un cambio de actitud debemos empezar por creer que podemos cambiar, entender que todos tenemos un potencial importante y que no debemos esperar los aplausos de un público inexistente. Hagamos una lista de todas las cualidades que queremos encontrar y veamos nuestro valor verdadero.

Algunas de las circunstancias externas que pueden ayudarnos a crecer es dejar de tener miedo y arriesgarnos a que nos pasen cosas nuevas (conocer gente, visitar lugares diferentes, etc). Busquemos las cosas positivas en lo que nos rodea porque en realidad no todo es tan malo como creemos. Hacemos tormentas en vasos de agua y en ocasiones las cosas pueden cambiar de color con una sonrisa, con una buena disposición y si quitamos la palabra no de nuestro vocabulario generaremos muchísimas experiencias positivas que nos pueden ayudar a desarrollarnos y a ser materia preparada para vivir plenamente una relación de pareja.

Con cariño para ti....